BIOGRAFÍA DE FRANCISCA MARTÍN DOMÍNGUEZ (FRANCISCA LA CURVINA)

FRANCISCA MARTÍN DOMÍNGUEZ,  nació en el seno de una familia humilde del cortijo de  Malas Pasadas (Jimena de la Frontera), según los documentos… el 26 de diciembre de 1923, aunque ella siempre festejó su cumpleaños el día 10 de febrero.

Hija de Antonio Martín Gómez y Pepa Domínguez Mena. Fue la tercera de diez hermanos. Después de la guerra civil, se vinieron a vivir a Tesorillo, concretamente a la calle Las Torres, actual casa de su hermana Lucia y su cuñado José en la que nacieron el resto de sus hermanos. Allí vivieron todos juntos, incluido un primo de la familia, Pedro de Almería, y como pensaron que eran pocos…  vivía también con ellos… un cerdo que adoptaron como mascota.

Corrían tiempos  malos y de duros trabajos en el campo, mientras su madre se encargaba de las labores del hogar y de los hermanos pequeños… el resto trabajaba. Francisca, a demás de trabajar… también se encargaba de repartir la comida a su padre y hermanos allí donde estuvieran.

Con solo siete años comenzó a trabajar de niñera cuidando a Juan Franco, conocido por “Juanito”. Desde ese momento ya no dejó de trabajar, a veces… por algunas pesetas y otras… a cambio de unos metros de tela, tela que convertiría en vestido a cambio de las tareas realizadas  para la costurera. Por escuela tuvo la vida con la lección del trabajo. Entre limpiar casas y escaleras… ayudaba económicamente a sus padres y les daba algunos duros a sus hermanos para que pudiesen salir con sus parejas. Trabajó en el arroz, empleo que no querían muchas mujeres por su dureza y esfuerzo. El algodón tampoco se le resistió.

En su adolescencia se rodeó de muchas amigas, entre ellas: Dolores Quesada y María Calvente (ambas compañeras del trabajo en el arroz). Ángeles Ramos y Lázara eran sus amigas de baile y fiestas.

En esos bailes conoció a su primer novio, Juanito “El tocaó” con el que tuvo relaciones durante seis años, hasta le sacaron una simpática coplilla que aún ella la recuerda y canta con cariño:

“Pasean por las cuatro esquinas…
Juanito “El Tocaó” y…
Francisca “La Curvina”

Poco tiempo después… conoció a un forastero estado unidense, nacido en New York que andaba por el pueblo. Un hombre de aspecto atractivo,  rubio con ojos verdes. Puso sus ojos en Francisca enamorándola hasta tal punto… que en quince meses le tenía preparado el ajuar para casarse con ella. Se llamaba Pepe y le conocían con el sobre nombre “El Lata”, de ahí el apodo que ha heredado la familia.

Se casaron el 23 de marzo de 1948, cuando ella tenía 25 años. Se fueron a vivir a La Línea de la Concepción, una decisión que le costó asimilar ya que no deseaba separarse de su familia. Se sentía responsable de ellos ya que había constituido uno de sus pilares más fuerte en el que se apoyaban buena parte de la familia.

Francisca fue muy feliz en La Línea, su marido trabajaba en Gibraltar e incluso le contrató asistentas para que ella pudiese llevar una vida de comodidad. Su casa era conocida por los tesorilleros como la “Fonda del Lata”, ya que todos los que tenían que desplazarse por motivos médicos o bien por otras causas… pasaban por casa de Francisca, allí comían, descansaban e incluso se hospedaban.

Tuvo cuatro hijos: Paco, Pepi, Antonio y Mercedes y tras veintisiete años viviendo en la localidad campo gibraltareña…se trasladaron a vivir a Sant Boig (Barcelona) allí algunos de sus hijos hicieron sus vidas, se casaron y les dieron nietos.

En Sant Boig trabajaba su marido en la construcción y ella tuvo que ponerse a limpiar escaleras. La vida allí no fue tan fácil, económicamente necesitaban más recursos.

Ocho años después… decidieron volver a San Martín del Tesorillo. Aquí compraron su actual vivienda en Montenegral Bajo “El Cortijillo” aunque su marido a penas disfrutó de esta casa ya que falleció.

Francisca se quedó sola con sus hijos que cada uno emprendió su camino quedándose con la tutela de su nieto Samuel, hijo de su hija Mercedes, que tristemente falleció podo después. Este duro revés la sumió en la más grande de las tristezas y aún así… tuvo que seguir luchando para sacar a su nieto adelante.

Trabajó en varias casas del pueblo como asistenta y limpiando las oficinas de Mercamón.

Pero aquí no acaba su lucha… Por circunstancias de la vida… su hija Pepi, le deja bajo sus cuidados a sus tres hijas: Ana Belén, Verónica y Eva. Con estas tres niñas ya eran cuatro pequeños a su cargo a los que jamás desamparó. Pasado el tiempo… solo se quedó con Samuel y Eva, a los que ha tratado como a dos hijos más.

Ha sido incansable la lucha de Francisca para poder criar a sus nietos, igual iba al campo a coger espárragos y tagarninas para venderlas… o a coger caracoles para hacer sus famosos guisos que vendía por raciones.

Toda una vida de sacrificio. Pero todavía hay más, con 82 años cuidaba a personas mayores para que su nieta pudiese estudiar. Sin embargo, a pesar de los duros golpes que ha recibido de la vida… nunca perdió su sonrisa y siempre que podía… colaboraba en todos los eventos que el grupo de “Las Viejas” (Espiri, Ángeles, Hilaria, Lola, Ana, Anita, Juani, Carmen, María) preparaban para los carnavales.

En la actualidad, con sus 93 años, sigue viviendo en su casa del Cortijillo rodeada de sus vecinas, a las que profesa un gran cariño, y de su familia que le encanta que la visiten. Está cuidada por  sus nietos, sobre todo por su nieta Eva que es la que la asiste personalmente.
A Francisca le encanta su pueblo y como ella siempre dice: “No puedo salir a la calle sin que todo el pueblo me pare para saludarme y darme su muestra de cariño”

Esta es la historia de FRANCISCA “LA CURVINA”









No hay comentarios:

Publicar un comentario